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November 25, 2005

Día sin compra, haced el intento

Posted in: Personal

Hoy 25 de noviembre es el día sin compra (al menos en España) y esta es un de esas causas con las que simpatizo plenamente. A nadie le voy a decir que tiene que hacer con su vida, pero al menos creo que puedo compartir mi opinión y experiencia personal al respecto.

La felicidad no se compra

La foto que aparece sobre estas líneas proviene del sitio de la agrupación ConsumeHastaMorir. En su caso parece que la principal motivación para impulsar una actitud más coherente respecto al consumo parece provenir de intereses ecologistas.

En mi caso, yo defiendo esta idea aunque con objetivos muy distintos. Estando apenas a un mes de ser padre, me gustaría que mis hijos vivieran en un mundo mucho menos consumista y si más humanizado.

Hace 2 años dejé Madrid para venirme a Uruguay. ¿Cuántas veces me habrá tocado explicar por qué?.

Mi situación en la capital española, con mis 25 años cuando tomé la decisión, era lo que se podía considerar como excelente: Un muy buen empleo en Ya.com con bastante porvenir, 2 coches (el mío y el de Isabel), un piso del que había pagado ya los dos primeros años, salir todos los fines de semanas y la posibilidad de comprarme muchos caprichos.

Había conseguido tener una “vida estándar modelo full equipe” en un tiempo record. Sin embargo, sentía grandes inquietudes debido a algunos síntomas que me preocuban: Varias visitas semanales al MediaMarkt (tienda de gadgets por excelencia), con menos frecuencia pero lo mismo con Ikea, fantasear con coches que podría llegar a comprarme y sin embargo, nada me hacía más feliz que ese viaje anual a Uruguay. Esos increibles 15 días en el campo, en los que normalmente apenas veía la televisión, te hacían estar mucho más cerca de la familia y de los amigos.

Uruguay, esa palabra la tenía clavada como una espina en la cabeza. ¿Qué misterios ocultaba?

La última vez que vine con Isabel (en plan vacaciones), me bastaron apenas dos horas desde bajarme del avión para sentir que tenía que venir a este país y durante las dos semanas que estuvimos nos pusimos de acuerdo en hacer lo contrario que se suele hacer en estos casos: nos pusimos a buscar razones para no venir a vivir aquí.

El resultado fue revelador. Si de la lista eliminabamos los motivos relacionados con la vida consumista que teníamos, no quedaban razones para no hacerlo y fue entonces cuando entendí finalmente que tal vez ese era la causar por la cual este país nos atría tanto. Fue muy fácil tomar la decisión.

Bastante más difícil fue hacer pública la decisión. Las reacciones de algunas personas nunca dejarán de sorprenderme, hubo personas muy cercanas que reaccionaron mal, casi como si fuera algo personal. No fue sino hasta mucho tiempo después que llegue a la conclusión que en esos casos, nuestra decisión hizo tambalear los cimientos de sus vidas, por que a fin de cuenta, las “vidas estándar modelo full equip” tienen gran aceptación en cualquier “país desarrollado”.

No tengo nada en contra de ellas, pero a mi desde luego no me sirven, no cubren mis necesidades y sobre todo, no me motivan los más mínimo. Odiaba esa sensación de poder imaginarme lo que pasaría durante los siguientes 20 años de mi vida. Estoy seguro que con mucha exactitud podría haber calculado el número de veces que hubiera ido al cine, a la bolera, cuantos minutos de móvil consumiría y cuantas lavadoras iba a tener.

Hay personas que piensan justo al contrario y adoran esa sensación de seguridad. No se si es por que creen que es una forma de ver el futuro, por evitar pensar en sobresaltos que todas maneras tendrán (y para los que estarán menos preparados) o si es el efecto lobotomizador de la sociedad de consumo.

De todas formas, no puedo dármelas de heroe. Yo formaba parte de esa maquinaria perfectamente engrasada y no es fácil abandonar todas las viejas costumbres y aún así, resulta increible como ha cambiado todo.

Para terminar de entender qué es lo que realmente me fascina de este país habría que observar muchos detalles, como por ejemplo comparar pequeñas diferencias en los supermercados. Nunca vi tantos tipos de harina o en general tantos ingredientes para cocinar, en Madrid todo estaba ya listo y preparado para ser consumido en el acto.Ahora, ¡tendrían que vernos cocinar!.

En fin, ya para concluir, cuando uno da tantas veces la misma explicación al final se intenta sintetizar la respuesta elaborada en unas pocas frases o conceptos y para la pregunta de por qué me fui a Uruguay siempre suelo esta (además de otras que contemplan otros aspectos): estoy engañando al tiempo, Uruguay es como España hace 20 años, pero con conexión a Internet.

Hay miles de matices que no se contemplan en esa frase, pero dado que hoy es el día sin compra (se suponía que iba a escribir de eso) me pareció interesante dar mi punto de vista y respecto al día de hoy:

Si tienen que comprar algo, hagánlo, pero al menos dediquen un par de minutos a pensar en el tema, nunca se sabe.


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