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February 01, 2005

La cultura de la hostilidad

Posted in: Opinión

Pronto harán 4 años que empecé a escribir y a leer weblogs.

Supongo que a la mayoría le habrá pasado lo mismo: Los comienzos fueron lo mejor.

No me refiero a los primeros días escribiendo mi propio weblog, sino que al principio o al menos hace cuatro años, esta actividad era relajante y enriquecedora. Había una sincera sensación de comunidad entorno a los que escribiamos weblogs. Era entonces y no ahora cuando existía realmente algo parecido a lo que el termino “blogosfera” pretende describir. De hecho, era casi inusual encontrarse con weblogs nuevos y al final casi que conocias la mayoría de ellos. (Evidentemente hablo de weblogs en español)

De esa mayoría que antes conocía ahora quedan unos pocos, muy pocos en realidad.

Si tuviera que escoger un anotación que resumiera porqué ahora todo es tan distinto, sería “Algo se ha roto” (no hay rastros de ella) de earful. Fue la anotación con la que mi muy respetado earful se despidió de nosotros y si bien, tiempo después volvió, tal y como el dijo, algo se había roto.

No se muy bien como empezó, pero de un momento a otro todos tuvimos que hacer frente a algo inesperado y en ese entonces prácticamente desconocido: La hostilidad

Se bien que hay quien dice que los weblogs son incapaces de crear una cultura, pero si como parte de la cultura incluimos el comportamiento humano, nunca he visto propagarse nada de la misma manera.

Desde entonces los que escriben weblogs están sometidos a una hóstil opinón pública, normalmente compuesta por otra clase de escritores que alimenta sus blogs con hostilidad. Si pronosticas, eres un gurú, si intentas mejorar algo, “estás reinventando la rueda”, si aportas, siempre encuentras a alguien a quien tus ideas le resultan ofensivas porque contradice algo que escribió recientemente y al final, uno casi que tiene que cuidar hasta la dieta para liberarse de estos problemas.

Al final, uno acaba escribiendo menos y si lo hace, escribe sin señalar a nadie, cuidandose de no molestar a nadie y añadiendo casi en cada parrafo un “en mi humilde opinión”. De hecho, en este caso conrecto, incluso le robé la personalidad a este mi weblog y ya ni siquiera firmo mis anotaciones.

Por suerte, siguen habiendo cosas que me fascinan de esta actividad y es que pese a todo, sigo conociendo a gente muy interesante, sigo leyendo anotaciones admirables y sobre todo, cuando más lo necesito, sigo recibiendo el apoyo de mucha más gente de la que me podría haber imaginado. Asi que, a ver si podemos hacer que este “htmldeath” vuelva a ser pronto el html life que era antes, las ganas no me faltan.


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